lunes, 24 de septiembre de 2007

Domingo, 15 de julio: Llegada a Asturias




Domingo, 15 de junio: Llegada a Asturias

Llegamos a Oviedo en un TALGO procedente de Madrid a las 13’43 de la tarde; en el andén nos esperaba Anuska y al salir de la Estación de RENFE, nos encontramos con la calle Uría, elegante, señorial y distinguida. Aquilino, el conductor del microbús alquilado para toda la semana, aguardaba nuestra llegada.

Emprendimos pronto el viaje hacia Campo de Caso, donde estaba situado el hotel en el que nos quedamos durante los 6 días. Antes de llegar, atravesamos toda la cuenca minera del Nalón, a la que asoman desafiantes los castilletes de las minas y las torres de las térmicas, reflejo de su importancia industrial. Anuska ya nos había anunciado que comeríamos en Pola de Laviana, en el restaurante “La Casona de Entralgo”, ubicado en una antigua casona .

Aunque las temperaturas no eran muy altas, disfrutamos de la comida debajo del hórreo con el que cuenta la casona. Una parte del grupo comió entremeses y bacalao a la vizcaína; la otra, sopa de marisco, escalopines al cabrales e incluso un revuelto de setas y gambas ¡teníamos mucha hambre y además estaba buenísimo!

Tras el café, subimos al autobús para dirigirnos al hotel. Estábamos cansados del viaje y necesitábamos descansar; a partir de Laviana, el paisaje se hace aún más montañoso y la industria es sustituída por vacas pastando en los prados, pueblos pequeñitos y un ambiente mucho más tranquilo. La verdad es que estaba empezando a llover y no apreciábamos muy bien esas cosas, pero la guía nos lo contaba. Cuando atravesamos el túnel de la “Cueva Deboyu”, vimos Campo de Caso y el hotel de “Reciegos Agroturismo”, situado en plena montaña pero a sólo 5 minutos del pueblo.

El autobús nos dejó en el aparcamiento del “Centro de Interpretación del Parque Natural de Redes”, pues no podía llegar hasta arriba. Marigel, la dueña del hotel, y su hija Natalí bajaron a recibirnos a recoger nuestras maletas. Anuska nos acompañó por la senda y pronto comenzamos a sentir la paz y quietud que acompaña a la vida en las montañas de Asturias: sin ruido, sin prisas, sin contaminación.

No hay comentarios: