sábado, 22 de septiembre de 2007

Lunes, 16 de julio: Visita a Trascastro




Lunes, 16 de julio: Visita a Trascastro

El objetivo fundamental de nuestro viaje era la visita a Trascastro, pueblecito de donde procedía la abuela de Pilar. Debíamos recorrer 171 km. de ida y otros tantos de vuelta, por lo que Anuska nos propuso realizar este viaje el primer día. Salimos de Campo de Caso a las 9 de la mañana, acompañando en su emoción a Pilar, pues sabíamos que era un día muy importante para ella (como para su hermana Charo).

Trascastro está situado en el concejo de Cangas del Narcea, que tiene casi 800 kilómetros cuadrados y es el más grande de Asturias. Atravesamos la capital, Cangas, y nos dirigimos al puerto de Leitariegos, en cuyas inmediaciones se encuentra la aldea.

A medida que nos acercábamos, el paisaje se hacía más espectacular y nos ayudaba a comprender los grandes sacrificios entre los que vivían nuestros antepasados, que sin automóvil, energía eléctrica y otras comodidades, supieron sobrevivir y salir adelante en parajes similares ¡fueron muy valientes! Sin embargo, es tanta la paz que se respira allá arriba, que Pilar llegó a decir en algún momento “que era un lugar donde se encontraba más cerca de Dios”, lo que compensaba todos esos sacrificios.

Además, la carretera que conduce a Trascastro es muy estrecha ¡menos mal que no nos cruzamos con otro automóvil!. Tras 4 km. aproximadamente desde la general, un indicador nos anunció que habíamos llegado a nuestro destino: Trascastro. Nos encontramos con una aldea pequeñita, en la que hoy tan sólo viven 8 habitantes, y disfrutamos de la ayuda de una guía excepcional: la señora Pilar, que vive a la entrada del pueblo y que, casualmente, también había recibido a las hijas de Pilar y Miguel en una visita anterior.

En Trascastro comparten espacio las casas solariegas, con escudo, con viviendas de campesinos. Todas han sido construídas con piedra y pizarra, están orientadas al sur y disponen de muros anchos y vigorosos, que les protegen del frío y las inclemencias en los largos meses del invierno.

Tras la emocionante visita a Trascastro, subimos al puerto de Leiteriegos, donde comeríamos en su parador. A pesar de tener la comida encargada desde hacía varias horas, tuvimos que esperar bastante tiempo. ¡Fuimos muy pacientes, pues aún teníamos programa para la tarde!

Tras la comida, bajamos el puerto. Lamentablemente, no pudimos visitar Villaluz (concejo de Tineo), pueblo natal de Paco. El conductor nos explicó que no podía superar las 11 ó 12 horas diarias de conducción, y como habíamos salido temprano de Campo de Caso y aún nos quedaba mucho recorrido, no nos podíamos desvíar nada de la carretera. Fue una lástima, que Anuska sintió especialmente por Paco.

El monasterio de Corias nos quedaba de camino y no pudimos evitar bajar y realizar una visita general. Nos acompañó un simpático dominico, que es uno de los 7 que aún permanecen en este monasterio espectacular. La falta de vocaciones ocasionó un descenso considerable del número de frailes, y éstos optaron por una salida razonable: vender la mayor parte del monasterio para reconvertirlo en un parador y, de esta manera, conservarlo en perfectas condiciones.

Tras una brevísima parada en Pravia para tomar un café, regresamos a casa. Allí nos esperaba Marigel, que nos había preparado una cena muy rica. Después nos fuimos a la cama ¡necesitábamos descansar!.

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